Una conversación con Gerónimo de Martino
Centa Coloma: Hola Gero, ¿cómo estás? ¿Cómo estuvo el matcha?
Gerónimo de Martino: Muy rico, la cookie también estaba increíble.
CC: ¿Recomendamos Azul?
GM: Sí, re. Nunca había ido y me encantó.
CC: Bueno, me alegro. ¿Querés empezar esta conversación mencionando los datos relevantes que querés que sepamos de vos?
GM: Me llamo Gerónimo de Martino, nací en Buenos Aires, Capital Federal. Tengo 24 años. Soy de Aries. Soy artista —me es fuerte decir eso, pero creo que es la palabra que me representa con más franqueza y es cercana a una “totalidad”—. Mi cuerpo es mi herramienta principal de trabajo como creador de escena. En mi práctica artística está la performance, la danza… Me gusta mucho la fotografía también. Trabajo como performer, intérprete en obras de danza. También hago cosas en el mundo de la moda, en desfiles con Andrea —Andrea Servera— que es bailarina, muy capa. ¡Beso Andre!
CC: ¡Beso Andre! La queremos. Así fue como nos conocimos.
GM: Nos conocimos en un desfile en el CCK.
CC: En el CCK.
CC y GM: ¡C C K!
GM: También soy estudiante. Creo que soy muy afortunade porque las cosas que estudio las practico y desarrollo en el ámbito profesional. Estudio danza desde 2021. Vengo del teatro musical, entonces desde allí ya se me enseñaba cierto manejo del cuerpo en escena. Eso me llevó a descubrirme.
CC: Me acuerdo que una de las primeras veces que nos vimos (en 2023) charlamos sobre las prácticas que representaban para cada une el no pensar. Yo planteaba, en ese entonces, que mi actividad de elección era correr, pero que siempre tuve una fascinación con la danza y un deseo constante de realizarla porque podría ser similar. Vos, claramente, me dijiste que era todo lo contrario y que para vos era un momento pleno de estar presente. ¿Seguís pensando lo mismo?
GM: No creo que sea tan binario. Depende mucho del momento en que te encuentres con ella. Por ejemplo, si empezás a estudiar desde una clase coreográfica, para aprender una coreografía tenés que pensar muy en el presente y ejercitar la memoria coreográfica. Y es lo mismo en la improvisación. Capaz no es un pensar neurótico y dialéctico de palabras, pero sí con el cuerpo, en el espacio, en relación a otros objetos o personas, etc.
CC: Me parece genial que lo menciones, porque mi siguiente tema es la improvisación como método de expresión. Vos tenés un montón de material relacionado en el que estás en diversos espacios interactuando a través del movimiento con tu alrededor… ¿La improvisación se inspira en algo o parte de algún lugar?
GM: Definitivamente. Puede partir de un lugar o de muchos… depende de dónde estés desarrollando la improvisación. Si quiero empezar a improvisar, puedo simplemente hacerlo, que es lo que suelo hacer. Aunque no me gusta admitirlo, empiezo siempre por los mismos lugares —no sé por qué no me gustaría admitir eso—, por los mismos movimientos, y de ahí voy navegando. También suelo empezar pensando en un tema, concepto o parte del cuerpo. Pero voy a ponerme un poco unidireccional con mi respuesta y voy a decir que sí, siempre se empieza desde un lugar.
CC: Cuando la improvisación deja de ser un contacto primerizo y se practica desde un lado más prolongado, ¿sentís que se pierde un poco la espontaneidad o solo se transforma y réplica vivencias actuales?
GM: Siempre se está actualizando. Nunca un movimiento es igual a otro. En la práctica no puede haber dos movimientos iguales. Aun así, hay estructuras que tomo y me son cómodas, conocidas y habilitadoras para llegar a otras dinámicas. Al ser la improvisación la práctica que más estoy sosteniendo en el tiempo relacionada al movimiento —hace 6 años que la vengo estudiando y experimentando—, puedo decir que es un movimiento eterno.
CC: Hablemos del espacio y el cuerpo que lo ocupa. ¿Qué representa para vos el espacio cuando estás por improvisar/bailar?
GM: Es fundamental. Si estoy sole o en compañía de personas de mucha confianza, o si estoy en un espacio público con gente que no conozco, hay una diferencia muy grande. También las dimensiones del espacio: si es enorme o si es un espacio en el que me puedo mover de forma muy limitada... Mmm, ojo igual, porque ahí siento que entra el juicio también. Si es un espacio de intimidad, siento que no me va a jugar tanto el juicio, entonces puede que no desee mostrar tanto. Es un gran juego de oscilación, porque está la danza para mí, la danza como ofrenda o la danza como comunicadora. Y ahí es cuando me juega eso del mostrar, del querer decir algo o mostrar de cierta forma —el showing off—, más allá de esa cosa más propioceptiva y estar sintiendo el cuerpo en movimiento. En los espacios de formación y clases que tomo es muy evidente esto porque estoy experimentando y aprendiendo de alguna forma pero en las clases de danza es muy común que haya otras personas mirándote al mismo tiempo que vos bailás, entonces lo convierte también en un espacio de exposición y mirada.
CC: La danza como ofrenda… Me quedo pensando en esto que dijiste porque no pude evitar sentirme identificada. Muchas de mis relaciones, hábitos y acciones parten en cierta forma desde mi formación y afinidad que tuve con la moda desde muy chica. En tu caso, volviendo a lo que mencionás de la danza como ofrenda, ¿creés que ese concepto se traslada a tu vida personal y de alguna forma influye en tus acciones cotidianas?
GM: Eso seguro. El arte escénico es mi manera de profundizar en mi experiencia como ser viviente y conectar con el mundo y las personas que me rodean. Es como si a un túnel le hiciesen un tajo arriba y ese plano cilíndrico se desplegara a los costados cual rizoma. Es la única forma en la que puedo vivir.
CC: Desde que te conocí trato de estar presente en las cosas que hacés artísticamente porque hay algo en verte performar que se siente sincero e incluso un poco cercano a mis vivencias. Y la última vez que te vi fue en la obra Que Haya Insistencia, de Una Constante. Confieso que esa experiencia, sumada a lo que estaba viviendo personalmente, detonó un puntapié de confirmación para la elección de “límites del sentir” como temática de este folio.
GM: ¿Puedo hacerle una pregunta a la entrevistadora?
CC: Por supuesto.
GM: ¿A qué te referís con eso de “límites del sentir”?
CC: ...
Conversación completa en el segundo número de BOfolio "límitesdelsentir". Ya disponible en web.